Terminas de atarte las zapatillas, realizas unos estiramientos, te pones a correr y… ¡zas! aparece ese dolor tan horrible en la zona de la espinilla. Hacía una semana que no hacías running y parecía que había desaparecido, pero al volver a la actividad te das cuenta que aún continúa contigo. Éste puede ser perfectamente el caso de cualquier runner al que le aparece un dolor y que lo trata mediante reposo.
Al principio de este artículo hemos querido relatar los síntomas claros de la periostitis tibial, la protagonista de este mes. Vamos a conocer a nuestro enemigo para poderlo combatir.
¿Qué es la periostitis tibial?
Los huesos de nuestro esqueleto están recubiertos de una membrana fina compuesta de vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas llamada periostio. Ésta alimenta nuestros huesos y a ella se anclan diferentes estructuras musculo-tendinosas como, por ejemplo: los gastrocnemios, sóleo, tibial anterior, tibial posterior y flexores de los dedos (en el caso de la tibia). Si este periostio se inflama se produce una periostitis y dolor.
¿Qué la provoca?
El mal comportamiento biomecánico de los diferentes músculos que están anclados al periostio de la tibia hace que éste se inflame y produzca dolor. Si pensamos en un “pulpo”, los tentáculos serían los músculos, que a su vez estarían sujetos a la cabeza (periostio).
Otras causas que favorecen estos mecanismos en la pierna pueden ser:
- Calzado deportivo inadecuado y/o en mal estado: mala elección de unas zapatillas o con más kilómetros de la cuenta. Unas zapatillas que cumplan correctamente su función pueden provocar verdaderos problemas en nuestros músculos.
- El sobreentrenamiento: la falta de descanso influye directamente sobre la recuperación muscular.
- El terreno: entrenar varios días por terrenos con muchas cuestas, terrenos muy irregulares o por asfalto hará que favorezcamos la aparición de periostitis.
- La hiperpronación: es un gesto biomecánico que provoca la elongación excesiva de músculos anclados a la pierna.
- Ausencia de estiramientos: tanto el calentamiento como los estiramientos nos ayudarán a prevenir esta lesión.
Los síntomas de la periostitis tibial
Aparte de los descritos al inicio del artículo hay otros síntomas característicos, como son el dolor o la quemazón en la zona con sensación de irradiación. Si nos tocamos en el tercio medio de la tibia hay un punto muy doloroso que coincide con el paso del Tibial anterior, uno de los músculos protagonistas de esta lesión.
Si este dolor persiste hay que ponerse en manos de un profesional médico para que diagnostique nuestra lesión, ya que ésta se puede confundir con otras lesiones como: fractura de tibia, tendinitis, síndrome de la arteria poplítea, etc.
¿Qué podemos hacer?
- Lo primero de todo saber si estamos ante una periostitis tibial. Consulta a un podólogo en Albacete que pueda darte la información que necesitas.
- El frío en la zona puede aliviar las molestias en la fase inicial.
- El tratamiento fisioterapéutico ayuda a calmar el dolor, pero no trabaja con el origen de la lesión.
- Podemos corregir los factores que predisponen su aparición como: terrenos con cuestas, calzado deportivo inadecuado, ausencia de estiramientos, mala técnica, etc.
- Conocer cómo andamos mediante un estudio de la pisada realizado por un podólogo. Éste nos ayudará a saber si podemos desarrollar esta u otras lesiones en dinámica.
Si ya tienes esta lesión, y quieres seguir haciendo ejercicio, puedes cambiarte unos días a la bicicleta, ya que la ausencia de tanta carga en las piernas podría mejorar los síntomas.
El DOLOR DE HOY puede convertirse en la LESIÓN DEL MAÑANA. Sigue estos consejos y entrena con SALUD.
Dr. Alfredo Soriano.
Podólogo col. 838020179.
+ info sobre nuestros tratamientos en podología y biomecánica
Puedes llamarnos al 967 21 58 39 o venir a vernos a calle Rosario 16, 2º dcha en pleno corazón de Albacete.