Aunque parezca increíble, el dolor en el talón es algo que le ocurre de forma habitual a más gente de la que parece. Se denominan talalgias a las molestias localizadas en el retropié que pueden impedirnos realizar una vida normal o ciertas actividades deportivas. Ahora bien, ¿cuáles son las causas del dolor en el talón y cómo podemos tratarlas?
Analizando el dolor en el talón
Antes de tratar una talalgia, es esencial que hagamos un diagnóstico completo para saber qué tratamiento debemos pautar. Si no identificamos el origen real, las soluciones nunca serán efectivas. En este sentido, desde Clinisalud recomendamos realizar un estudio de la pisada del pie y la ecografía como principales herramientas para lograr una imagen completa del problema.
La fascia es una estructura telar blanquinosa que recubre la musculatura del pie, por lo que la separa de la piel y de la grasa plantar. Para desempeñar su labor protectora y aislante, recorre cada extremidad desde el talón hasta los dedos. Además, se ve afectada por las contracciones y las distensiones de los músculos a los que acompaña.
Diagnóstico ecográfico de las talalgias
Una ecografía diagnóstica de la causa de una talalgia es un buen punto de partida. Tras aplicar el gel y pasear la sonda por la planta del pie, apreciamos en primer lugar una clara curvatura blanca: es el calcáneo, el hueso del talón.
Sobre él encontramos la fascia, una especie de carretera estrecha blanca que llega hasta los dedos. Si está inflamada, advertimos una cierta panza superior o engrosamiento amorfo de una tonalidad más oscura. Esta visión refleja una fascitis evidente.
Además, hemos de usar la imagen del ecógrafo para comprobar el estado del músculo flexor corto de los dedos. Cuando este está afectado, también genera una sensación dolorosa en el retropié.
Algo similar sucede con el músculo cuadrado carnoso de Silvio, que favorece la acción del flexor largo de los dedos. Al estar dañado, también provoca una molestia dañina.
Una cuarta causa habitual del dolor en el talón deriva de la arteria del tibial posterior. Se encuentra situada encima de la fascia y, en la visualización ecográfica, se aprecia en forma de bolitas sucesivas. Cada una de ellas se identifica con los nervios que la acompañan. Si alguno está aplastado o extremadamente comprimido, la consecuencia también sería dolorosa.
¿Por qué nos duele el talón?
Por lo general, este daño comienza de una manera leve, pero puede llegar a ser incapacitante. Lo más importante, lo hemos escrito antes, es establecer correctamente la causa que lo origina.
Las más habituales son estas:
- Fascitis plantar. Es muy común entre deportistas y mayores de cincuenta años, incluso cuando su estilo de vida es sedentario. Un estiramiento excesivo genera la inflamación de sus tejidos y, como consecuencia, una molestia continua. Un buen vendaje para fascitis es clave para empezar a dar solución al problema.
- Bursitis retrocalcánea. El saco fibroso con líquido situado en el talón se llama bursa y actúa como amortiguador o lubricante de la musculatura y los tendones. Su inflamación puede ser causada por malas pisadas, carreras, saltos o calzados presionantes.
- Espolón calcáneo. Es muy frecuente y consiste en la aparición de una prominencia ósea. Los tacones altos y los pies planos son factores de riesgo.
- Inflamación crónica de la talonera. Un peso excesivo la debilita y ocasiona este daño.
- Síndrome del túnel del tarso. Al comprimirse el nervio grande en la zona posterior del pie, apreciamos una sensación ardiente y de hormigueo.
- Fractura por estrés. Estas pequeñas y dañinas fisuras son más habituales en corredores y pacientes de osteoporosis.
- Otros motivos son la rotura del tendón de Aquiles, la tendinosis de Aquiles y ciertos problemas de circulación generados por hábitos poco saludables.
Ante las primeras señales de dolor en el talón hemos de recurrir a especialistas. La ecografía y el estudio biomecánico de la pisada son las mejores fórmulas diagnósticas. Una vez establecido el origen, podremos adoptar las recomendaciones apropiadas para solucionarlos. A menudo, lo principal es no hacer nada que sea inadecuado. El reposo, a menudo, es el mejor tratamiento.
Dr. Alfredo Soriano
Podólogo col. 838020179
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