La epicondilalgia lateral es ampliamente conocida como codo de tenista porque afecta entorno al 50% de los tenistas. Se ha demostrado que los factores degenerativos pesan más en el desarrollo de esta patología en comparación con los factores de inflamación local. Por lo tanto, cuando nos referimos a esta patología es más apropiado hablar de tendinopatía que de tendinitis.
El pico de incidencia de esta patología se produce en una edad comprendida entre 35 y 50 años y por lo general afecta al brazo dominante. Es una lesión que presenta un curso lento de recuperación. La duración media de los síntomas es de entre 6 y 24 meses. Cerca del 90% de los afectados se recuperan en el primer año. Sin embargo, el resto desarrollan síntomas crónicos por no haber atendido a la patología en las primeras fases y no haber realizado una rehabilitación adecuada y se acaban sometiendo a tratamientos invasivos como la cirugía.
¿QUÉ LO PROVOCA?
En la mayoría de los casos estos problemas surgen a raíz de una sobreutilización de la musculatura del antebrazo o por la realización de una actividad física o cotidiana que requiera esfuerzo en una mala postura del antebrazo o la muñeca.
¿CÓMO LO DETECTAMOS?
- Clínica:
– Dolor en la cara lateral del codo.
– El dolor puede irradiar hacia la parte distal del antebrazo llegando incluso hasta la mano.
– Disminución significativa de la fuerza de agarre o prensión, dificultando la práctica de actividades deportivas y cotidianas que requieran uso de fuerza de agarre.
– Dolor a la palpación y percusión sobre el epicóndilo lateral.
– Dolor a la flexión de muñeca y dedos contra resistencia.
– Test de Thompson positivo. - Ecografía:
La ecografía es la prueba de referencia ante esta patología, ya que los hallazgos normales descartan la presencia de epicondilalgia lateral.
CÓMO TRATARLO
El tratamiento dependerá, de si el dolor del codo afecta al trabajo o vida cotidiana. Por lo que hay que educar al paciente y hacerle consciente de que tiene que ser capaz de adaptarse y cambiar los hábitos o actividades que le están causando el dolor en el codo. Cuanto más tiempo se continúe realizando la actividad que daña el tendón, más difícil será la cura.
- Fisioterapia
El tratamiento de primera línea es la fisioterapia basada en ejercicios de fortalecimiento de los músculos epicondilares. También se pueden incluir ejercicios de estiramiento y movilizaciones.
El masaje de fricción profunda (CYRIAX) no ha demostrado beneficios frente a estos cuadros de dolor.
En cuanto al uso de aparatos, sólo la terapia con láser ha demostrado mejorar los resultados funcionales. - Infiltración
Si el tratamiento de primera línea fracasa, se puede valorar la administración de una infiltración en la zona de la lesión.
El tratamiento con corticosteroides es siempre desaconsejable. - Cirugía
La cirugía debe ser siempre considerada como última opción. Solamente hay que considerar este procedimiento cuando los métodos conservadores no hay surgido efecto y el paciente no ha conseguido una mejoría significativa.
Recuerda… Cuando aparecen los síntomas es importante hacerles caso, atenderlos y acudir a un profesional que pueda ayudarte y guiarte en la recuperación lo antes posible para evitar así la cronificación de la patología y en muchos casos evitar procedimientos invasivos en los pacientes que son innecesarios si se realiza un adecuado tratamiento conservador.
Lorenzo Castillo Ballesta.
Fisioterapeuta col. 6778.
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