Las ampollas son la acumulación de líquido por debajo de la piel debido a una fricción, ya sea por el calcetín, el calzado o los impactos constantes debidos a una actividad continuada. Puede incluso empeorar en condiciones de calor y humedad. Son una reacción de nuestro cuerpo para proteger esa zona dañada.
¿SABES CÓMO CURAR AMPOLLAS?
- Para tratar una ampolla debemos primero mantener la zona limpia y seca.
- Desinfectaremos la zona antes de empezar a tratarla o lavarla bien con agua y jabón, para que no se infecte, al igual que la aguja que vayamos a utilizar.
- Pinchar la ampolla con la aguja y apretar con una gasa o algodón (con yodo o clorexidina) para drenar el líquido hacia afuera. Repetir varias veces si fuese necesario. Si no disponemos de una aguja, también podemos utilizar un imperdible.
- Cubrir la ampolla con un apósito durante un par de días y luego dejar que se seque al aire, para no macerar la herida.
- Una vez curada la ampolla, se puede poner un fieltro por encima del apósito para que dé amortiguación y no moleste, sobre todo si hay que realizar alguna actividad deportiva.
CONSIDERACIONES A TENER EN CUENTA ANTES DE CURAR AMPOLLAS
- No cortar la piel sobrante de la ampolla. Al tener esa zona más sensible y debilitada puede volver a salirnos ampolla o herida, y tardará más en curarse.
- Si ya se ha estallado la ampolla, dejar que se caiga sola la piel sobrante.
Recuerda… la mejor protección es nuestra piel, ¡cuídala!