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Podología

¿Conoces la dolencia del pie del nazareno?

16 de marzo de 2023octubre 19th, 2023Ningún Comentario
dolores del pie de nazareno

Las procesiones de Semana Santa suelen generar lesiones y molestias a muchos participantes. La gran duración de los actos, unido al peso con el que tienen que cargar, suele provocar el llamado dolor del pie del nazareno y del costalero. Si alguna vez has sido nazareno, sabrás que, del mismo modo que sus problemas de espalda son bastante conocidos, no ocurre lo mismo con las posibles consecuencias negativas en los pies. Por eso, desde Clinisalud queremos ofrecer una guía útil con consejos para prevenirlas y contrarrestarlas.

¿Por qué los pies sufren tanto en las procesiones?

¿Alguna vez te has preguntado el motivo por el que los pies sufren tanto después de pasar mucho tiempo de pie? Uno de los motivos es que estas partes del cuerpo figuran entre las más complejas. Cuentan con veintiséis huesos que están conectados por un sinfín de músculos, articulaciones, ligamentos y tendones que pueden sufrir diversos problemas.

Además, como sucede con los neumáticos de los coches, son la única parte que está en contacto permanente con el suelo. Por ello, al impulsarnos y sostener todo el peso corporal y extracorporal, soportan muchísimas tensiones. Especialmente durante estas largas y duras procesiones de Semana Santa.


Los principales factores que provocan estos daños potenciales son:

Por lo general, estas molestias suelen concentrarse en las plantas, los arcos y los metatarsos. De hecho, las metatarsalgias son las manifestaciones más habituales.

¿Cómo prevenir daños colaterales en el pie del nazareno?

Cuando vamos a procesionar como costaleros o nazarenos, tenemos que adoptar dos grandes tipos de medidas para minimizar los efectos negativos en nuestros pies:

Pies de los nazarenos | Clinisalud

¿Qué hacer antes de la procesión?

Fundamentalmente, hemos de adoptar estas seis precauciones:

  1. Nos hacemos la pedicura cuatro o cinco días antes del acontecimiento. Cortamos las uñas rectas y las dejamos sin esos picos que se podrían romper o clavarse durante el trayecto y que podrían provocarnos dolor durante horas.
  2. Aseamos nuestros pies con agua y jabón con pH neutro. Es fundamental secarlos muy bien, sobre todo entre los dedos, para evitar la posible aparición de hongos a causa de la humedad.
  3. Utilizamos un calzado cómodo y domado. En todo caso, nos olvidamos de estrenar nuevo calzado justo antes de la procesión. Hemos de ponernos zapatos con suela flexible, buena amortiguación y de la talla perfecta para evitar roces o presiones para evitar el clásico dolor de pie del nazareno.
  4. Nos enfundamos calcetines de algodón, transpirables, en buen estado, sin costuras y sin que nos aprieten en exceso.
  5. Entrenamos en los días previos para preparar el cuerpo para el evento.
  6. Antes de empezar la procesión, estiramos los músculos y las articulaciones, especialmente en los tobillos y las piernas. También hemos de hacerlo al terminar, para relajarnos y destensarlos.

¿Y durante el recorrido?

Dos son las precauciones principales que debemos adoptar:

  1. Cuando nos detenemos en paradas prolongadas, hemos de alternar la pierna de apoyo. Además, conviene movilizar los pies y los tobillos durante esas pausas.
  2. Es importante llevar un kit de emergencia con apósitos, por si acaso.

Cuidar el pie de nazareno

Claves para descansar y recuperar los pues

Después de semejante esfuerzo prolongado, conviene cuidar los pies de una manera especial. Sobre todo si, al día siguiente, vamos a repetir en otra procesión:

  1. Los bañamos en agua fría, para generar un efecto vasoconstrictor regenerador.
  2. Observamos nuestros pies para identificar cualquier posible problema. Si vemos alguna señal de alerta, acudimos al podólogo cuanto antes.
  3. Los mantenemos en alto durante un rato, para descansarlos y reducir la posible inflamación.
  4. Los masajeamos con suavidad, aplicando una crema de efecto frío – podemos pedirle a nuestra pareja un masaje de pies -. Si no tenemos, podemos usar una crema recién sacada de la nevera: ¡el resultado es idéntico!
  5. Al acostarnos para dormir, los acomodamos sobre una almohada. De este modo, al mantenerlos elevados mientras descansamos, mejoramos la circulación de la sangre y favorecemos su recuperación.

Con estos consejos posprocesionales, nuestros pies se sentirán descansados mucho antes. No solo es fundamental para rendir bien en la siguiente marcha religiosa, también es la clave para mimarlos y protegerlos. ¡Así vamos a prevenir muchos de los riesgos habituales del pie del nazareno! La Semana Santa, de lo contrario, podría ser una penitencia de la que tardaremos en recuperarnos.

Dr. Alfredo Soriano

Podólogo col. 838020179

Puedes llamarnos al 967 21 58 39 o venir a vernos a calle Rosario 16, 2º dcha en pleno corazón de Albacete.

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