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Podología

¡Tengo las piernas cansadas!

29 de julio de 2024agosto 2nd, 2024Ningún Comentario
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Si has llegado hasta este artículo, es muy probable que hayas sufrido más de una vez la incomodísima sensación de piernas cansadas o pesadas que no te permite andar o, incluso, dormir. Aunque no lo parezca, la sensación de piernas cansadas es una molestia que afecta a muchísimas personas, especialmente después de un largo día de pie o de hacer ejercicio intenso. Si alguna vez has sentido pesadez, dolor o fatiga en las piernas, sabes lo incómodo que puede ser. Quédate y descubre cuáles son las causas de esta molestia y cómo puedes combatirla.

¿Por qué tengo las piernas cansadas?

Hay muchos motivos que provocan la aparición de piernas cansadas, pero una de los más comunes es la insuficiencia venosa, donde las venas de las piernas tienen dificultades para devolver la sangre al corazón, lo que provoca una acumulación de sangre y líquido en las extremidades. Este problema puede empeorar si pasas mucho tiempo de pie o sentado, ya que la gravedad dificulta el retorno venoso.

El sobrepeso, la falta de ejercicio, la deshidratación, el calor, el uso de calzado inadecuado y las largas jornadas de pie también contribuyen a potenciar esta sensación. Además, factores hormonales, como los cambios durante el embarazo o la menopausia, pueden afectar negativamente a la circulación y aumentar la probabilidad de sentir las piernas cansadas.

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Estos son los síntomas de las piernas cansadas

Los síntomas de piernas cansadas son, sobre todo, la sensación de pesadez, dolor o fatiga en las piernas, especialmente al final del día o después de largos periodos de estar de pie o sentado. También puedes notar hinchazón en los tobillos y pies, así como calambres nocturnos. Las venas varicosas, que son venas hinchadas y retorcidas, también pueden ser un síntoma visible de insuficiencia venosa y pueden contribuir a la sensación de piernas cansadas.

¿Cómo puedes reducir las molestias?

Afortunadamente, hay varias maneras de aliviar la sensación de piernas cansadas. Elevar las piernas por encima del nivel del corazón durante unos minutos puede ayudar a mejorar la circulación y reducir la acumulación de líquidos. Masajear suavemente las piernas con movimientos ascendentes también puede estimular el flujo sanguíneo.

Muchas personas optan por el uso de medias de compresión ya que ayudan a mejorar el retorno venoso y reducir la hinchazón. Aplicar compresas frías o tomar duchas de agua fría en las piernas puede aliviar la inflamación y la sensación de pesadez. Además, mantener una buena hidratación y evitar el consumo excesivo de sal pueden prevenir la retención de líquidos y, por ende, las molestias.

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¿Cómo prevenir la aparición de la sensación de piernas cansadas?

Bien, ahora que sabemos como podemos reducir los síntomas una vez que han aparecido, ¿podemos hacer algo para evitar que aparezcan desde el principio? Lo cierto es que prevenir la sensación de piernas cansadas es, relativamente sencillo si realizamos algunos cambios en nuestro estilo de vida. Mantenerse activo es fundamental; ejercicios como caminar, nadar o montar en bicicleta mejoran la circulación y fortalecen los músculos de las piernas. Si tu trabajo te obliga a estar de pie o sentado durante mucho tiempo, asegúrate de tomar descansos de vez en cuando para mover las piernas y evitar que la sangre se acumule en exceso.

Por suerte, hay más formas de evitar la aparición de estas molestias. Por ejemplo: usar calzado que ofrezca buen soporte también es muy importante. Evita los tacones altos y los zapatos muy planos, ya que ambos pueden potenciar la sensación de piernas cansadas. La alimentación también juega un papel clave en este problema y, es que, seguir una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y fibra y baja en sal ayudará a prevenir la retención de líquidos.

¿Qué hacer si las molestias no desaparecen?

Si tienes las piernas muy cansadas pese a seguir nuestras recomendaciones o si los síntomas empeoran con el tiempo, te recomendamos que acudas a un podólogo de confianza. Un buen podólogo puede ayudarte a seleccionar un mejor calzado, proporcionar plantillas ortopédicas personalizadas y ofrecer consejos sobre el cuidado adecuado de los pies. Además, un fisioterapeuta puede diseñar un programa de ejercicios específico para mejorar la circulación y fortalecer los músculos de las piernas.

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