En este artículo trataremos el tema de las lesiones de la rodilla del ciclista, veremos cuáles son el tipo de lesiones más recurrentes, por qué pueden producirse y qué ejercicios pueden resultar beneficiosos para la prevención de este tipo de lesiones.
LESIONES DE LA RODILLA DEL CICLISTA
Nos centraremos concretamente en esta ocasión en dos tipos de lesiones que se repiten con bastante asiduidad entre los que practican ciclismo, tanto de manera profesional como amateur.
Una de las lesiones que sufren los ciclistas de manera más repetida es la tendinitis rotuliana. Esta lesión provoca un dolor en la parte inferior de la rodilla que aumenta al realizar una extensión de la pierna. En ciclismo, este tipo de lesiones puede deberse a una mala colocación del sillín, en concreto por situarse demasiado adelantado, o bien por una altura del sillín excesivamente baja.
El “problema” del ciclismo es que al realizar el pedaleo de manera repetitiva y prácticamente siguiendo siempre un mismo patrón, un pequeño problema puede dar lugar a la aparición de una lesión de este tipo.
La condromalacia rotuliana, también llamada rodilla del corredor es otra de las patologías típicas del ciclismo, si bien en este caso también puede estar producido por un sillín excesivamente bajo, el problema tiende a aparecer en personas con piernas valgas. Se trata de un dolor que se produce en la cara anterior de la rodilla y que suele aparecer con una sensación de rozamiento y en ocasiones acompañado de chasquidos. Este tipo de lesión es muy molesta ya que el dolor aumenta cuando pasamos mucho tiempo sentado¸ un problema muy a tener en cuenta por un ciclista.
¿QUÉ HACER EN CASO DE LESIÓN? ¿CÓMO PODEMOS PREVENIR?
En primer lugar, si ya nos ha sido diagnosticada la lesión, deberemos seguir las indicaciones del profesional sanitario, así como realizar las sesiones de fisioterapia que fueran necesarias para recuperar la articulación y la musculatura afectada.
Una vez que la lesión estuviera más controlada, sería interesante buscar el porqué de la aparición de esta patología. En muchas ocasiones esto es debido a una mala colocación del sillín como ya hemos apuntado anteriormente, en este caso sería necesario realizar un ajuste en el sillín para adaptarlo completamente a nuestra anatomía.
Pero existen otros motivos que suelen producir este tipo de lesiones, como por ejemplo un entrenamiento mal planificado. A veces se tienden a realizar entrenamientos exhaustivos, de mucha carga e intensidad en las piernas. Esto, que no tiene por qué ser negativo por si mismo, puede ser un problema si, por ejemplo, la musculatura del cuádriceps no está suficientemente entrenada, y por lo tanto estamos exigiendo al músculo más de lo que puede dar.
Otro problema es el de la descompensación muscular, si todo nuestro pedaleo se basa en una utilización excesiva por parte del cuádriceps, esto puede dar lugar a una sobrecarga y a una lesión con el paso del tiempo. Por tanto, será muy importante entrenar también aquellos músculos antagonistas y menos implicados en el desarrollo del pedaleo (no por eso menos importantes).
Entonces, sería muy recomendable para la prevención de este tipo de lesiones de rodilla el fortalecimiento del cuádriceps, así como de los isquios mediante ejercicios de contracción muscular. Sería muy importante junto con todo este trabajo no olvidar realizar los estiramientos.
En caso de que recientemente hayamos salido de la lesión y queremos prevenirla para evitar que vuelva a ocurrir sería muy importante realizar ejercicios isométricos y de bajo impacto hasta recuperar un tono adecuado. Ejercicios de contracción isométrica de cuádriceps, así como de isquiotibiales serían muy indicados para estos casos, así como ejercicios de bajo impacto en una piscina.
A parte de estos ejercicios de hipertrofia y tonificación muscular, también se pueden prevenir este tipo de lesiones mediante un estudio biomecánico o bien verificando de nuevo el posicionamiento y el correcto funcionamiento de pedales, calas, sillín, etc.
En resumen, las lesiones de rodilla son muy recurrentes y su prevención puede ser sencilla en muchos casos. Un buen fortalecimiento del cuádriceps, así como de los músculos antagonistas implicados es una muy buena manera de mantener nuestras rodillas lejos de lesiones, ya que no hay que olvidar que el cuádriceps es el principal estabilizador de la misma.
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