El neuroma de Morton es una de las afecciones de los metatarsos que puede hacer el día a día más doloroso. Por lo tanto, desde Clinisalud queremos dedicar un espacio en este post para aprender diversos puntos clave que nos ayuden a saber identificarlo para ponerle remedio de la forma más práctica y rápida que sea posible. A continuación, profundizamos en las características del neuroma de Morton.
¿Cómo sé si tengo un neuroma de Morton?
En primer lugar, hemos de señalar que este neuroma no es lo que identificamos como un tumor, sino que se trata de una tumoración de naturaleza benigna que incide en los nervios que pasan por los laterales de los dedos de los pies.
Cuando los nervios atraviesan un túnel que se encuentra junto a la cabeza de los metatarsianos, se van a comprimir por el lado y debajo del ligamento intermetatarsiano. Los inconvenientes mecánicos asociados al peso que imprime el afectado provocan el pinzamiento repetido del nervio dentro de este espacio.
La consecuencia es que el nervio se irrita, lo que, a su vez, hace que se engrose. Esta disfunción, por su parte, suele tener lugar habitualmente entre el tercer y cuarto dedo del pie lo que provoca un dolor que, poco a poco, va incrementándose hasta resultar realmente molesto.
¿Qué tipo de molestias provoca?
Un neuroma de Morton no resulta, en un primer momento, fácil de identificar visualmente. Tengamos en cuenta que no se percibe, por ejemplo, la presencia de un bulto que permita reconocer el problema. Por consiguiente, adquiere una gran relevancia la explicación del cuadro de la enfermedad por parte del paciente.
En este sentido, quienes han padecido este neuroma relatan una sensación similar a la de estar pisando una piedra. Estos dolores en la zona anterior del pie se van a ir desplazando hacia el resto de su superficie. Y, finalmente, es posible que los dedos se entumezcan o se sienta un hormigueo en ellos.
¿Cuáles son sus factores de riesgo?
Hay una serie de hábitos que, de la misma manera que contribuyen a generar estos neuromas, van a seguir empeorando los síntomas descritos con anterioridad si no se corrigen. El primer paso para evitar que la situación tiene que ver, como siempre, con el calzado. En este sentido, no conviene ni calzar zapatillas que queden muy estrechos ni ponerse los que tengan unos tacones excesivamente altos. El motivo en realidad es muy sencillo y, es que, este tipo de calzado va a provocar una presión inadecuada sobre la planta y los dedos del pie.
Por otro lado, hay ejercicios deportivos que hay que intentar evitar para evitar que los síntomas del neuroma de Morton vayan a más. Nos referimos, por ejemplo, a los relacionados con la pronación y que tienen en común que se corre y se trota asiduamente. Pisar en superficies irregulares, como en los roquedales propios del senderismo o del buceo, tampoco ayuda a sobrellevar estas lesiones. En estos casos en muy recomendable hacer un estudio de la pisada casual para entender dónde hace más presión cada persona.
Por último, los que sufren algún tipo de deformación en el pie son más propensos al desarrollo de estos neuromas. Sin ir más lejos, quienes cuentan con dedo martillo, juanetes o pie plano o cavo.
Propuestas de tratamiento
Finalmente, conviene, en función del diagnóstico preciso de la afección, valorar con un podólogo diversas vías de resolución de este problema de salud. Destacamos las siguientes:
- Radiofrecuencia. La aconsejamos cuando no hay ni luxación ni efecto masa. La neuromodulación que se aplica al nervio va a suponer que disminuya el dolor.
- Extirpación mediante cirugía autoguiada o dorsal. En la primera, aparte de la radiofrecuencia, se opta por liberar periféricamente las zonas blandas. En la segunda, tras una ecografía, se lleva a cabo una incisión de entre 1,5 y 2 cm en el área dorsal de la zona metatarsal afectada.
- Corrección percutánea de la fórmula metatarsal. Cuando el metatarsiano es demasiado largo, una incisión de 1 mm sirve para acortarlo.
En definitiva, el neuroma de Morton supone una afectación metatarsal compleja que requiere no empeorar el cuadro clínico mediante más presión en los dedos. Si el problema persiste o se agrava, existen alternativas que podemos sopesar, en función de la casuística, para ponerle remedio. En Clinisalud podemos ayudarte a estudiar, analizar y tratar los diversos problemas y dolencias que sufras en el pie para darle la mejor solución posible.
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