¿Sabías que el protocolo de actuación en caso de esguince de tobillo ha cambiado por completo en los últimos años? Al igual que la tecnología, en las últimas décadas hemos avanzado muchísimo en materia de salud y, entre otras cosas, hemos descubierto que hay formas más efectivas que otras de cara a tratar una lesión aguda. Hoy, en Clinisalud, vamos a contaros todos los detalles sobre el Método POLICE y de cómo hemos llegado hasta su aplicación.
¿Cómo ha evolucionado el protocolo ante un esguince de tobillo?
RICE->PRICE->POLICE
Durante los últimos años se han elaborado una serie de protocolos para el abordaje inmediato de lesiones agudas en los ligamentos del tobillo, este tipo de lesiones son muy comunes en el ámbito deportivo, así como sus recidivas.
Los esguinces de tobillo son de las lesiones más comunes y que ocurren con más frecuencia. Por ello es importante que la población conozca un método eficaz para que puedan aplicarse a ellos mismos de manera rápida mientras un profesional evalúa la lesión en profundidad.
Método R.I.C.E.
Hace unos años, el protocolo más empleado en casos de esguinces agudos era el método R.I.C.E. que es un acrónimo en ingles que se traduce en “Reposo, Hielo, Compresión y elevación”.
- REPOSO: Se recomienda cesar la actividad inmediatamente después del evento traumático que produjo la lesión.
- HIELO: Se utiliza el hielo aprovechando el efecto analgésico que produce.
- COMPRESIÓN: Es una medida para evitar la aparición de un edema exagerado, evitando así un aumento del dolor y una mayor limitación de movilidad. En este apartado aparece la importancia de realizar vendajes elásticos para evitar el progreso del edema.
- ELEVACIÓN: Mantener el pie en alto con el fin de favorecer el retorno venoso y así evitar la aparición de edema y disminuir así la inflamación del miembro lesionado.
El método R.I.C.E era efectivo, pero muchas personas sufrían recaídas o agravaban su lesión al continuar realizando actividades deportivas antes de la recuperación completa.
Método P.R.I.C.E.
Más tarde se modificó el protocolo y se pasó al método P.R.I.C.E en el cuál se mantuvieron las medidas del anterior protocolo, pero se añadió la “Protección” de la articulación mediante cese de la actividad deportiva, respetando los plazos de la lesión. Además, en la reincorporación de la actividad se podría incorporar un vendaje funcional si fuera necesario.
El objetivo era evitar esas recaídas que comentábamos hace unas líneas y, lo cierto, es que fue un método muy efectivo durante años. Sin embargo, aún se podía perfeccionar.
Método P.O.L.I.C.E.
Por último, en los últimos años y hasta día de hoy, el protocolo empleado es el que forman las siglas P.O.L.I.C.E que traducido significa “Protección, carga óptima (optimal loading), hielo, compresión y elevación”.
La principal diferencia entre el método P.O.L.I.C.E. empleado hoy en día y los anteriores ha sido el cambio en cuanto a la descarga y reposo del pie lesionado. Este protocolo considera que el reposo debe tener una duración muy limitada, la menor posible, ya que un periodo largo sin carga produce una serie de cambios en los tejidos que resultan muy perjudiciales para la articulación. Por ello se sustituye el “reposo” por “carga óptima”. Una carga controlada y aplicada de manera temprana en las primeras fases de recuperación favorecerá una recuperación funcional más rápida además de evitar atrofias y la formación de adherencias en el tejido lesionado.
En resumen, el método P.O.L.I.C.E. es la evolución de los métodos anteriores R.I.C.E. y P.R.I.C.E. Este ha demostrado ser más efectivo, ya que la carga óptima ha demostrado mejores resultados en cuanto al tiempo de curación y al mantenimiento de la función de la articulación.
¿Qué es la carga óptima en el método P.O.L.I.C.E?
Como decíamos, el objetivo de la carga óptima es evitar atrofias en los tejidos del tobillo. La mejor forma de conseguirlo es que un profesional nos marque una serie de ejercicios a realizar para mantener el pie activo (sin forzarlo) y que los músculos y tejidos de la zona no se deterioren por su inactividad.
De esta forma, el pie se recuperará más rápidamente y los músculos volverán a su estado normal en unos pocos días en lugar de necesitar semanas de rehabilitación para recuperarse por completo.
¿Qué hacer ante un esguince?
Ante un esguince o torcedura, lo primero que debes hacer es acudir a tu fisioterapeuta para valorar tu lesión, poder asignarle un grado y descartar otras lesiones asociadas. En función de la gravedad de la lesión tu fisioterapeuta podrá adaptar el protocolo de rehabilitación a tu caso específico.
Recuerda… Una atención temprana acortará los plazos de recuperación y ayudará a prevenir la aparición de problemas mayores, como adherencias, atrofias, inflamación excesiva, cronificación del esguince e incluso una limitación importante de movilidad.
Lorenzo Castillo Ballesta.
Fisioterapeuta col. 6778.
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