Muchos pacientes nos vienen a consulta con esta duda… ¿espolón o fascitis? Aquí os dejamos unas claves resumidas para que os ayuden a entender mejor esta patología de la rama de la podología.
¿QUÉ ES LA FASCITIS?
Es la inflamación (-itis) de la fascia de la planta del pie. Inflamación con dolor en la región de arco del pie en la zona interna, más o menos donde empieza el arco. A diferencia del espolón calcáneo, que es un dolor más plantar localizado justo debajo del hueso calcáneo, la fascitis se localiza algo más lateral.
¿QUÉ LA PROVOCA?
– El 85% de los casos se debe a la pronación: el arco se aplana, los factores biomecánicos del paciente (pies hiperpronados).
– El mecanismo de poleas del pie fracasa (ej. pie plano) por lo que aparece el dolor en la zona de la fascia.
– Disminución de la grasa plantar (causa multifactorial) la grasa plantar ayuda a amortiguar los impactos contra el suelo, a menor grasa plantar mayor dolor.
– Sobrepeso: los pies soportan todo nuestro peso, si aumentamos de peso repentinamente (embarazadas, IMC aumentado), podemos dañar las estructuras musculo-ligamentosas de nuestros pies.
– Estrés muscular (deportistas) o presión repetitiva en los pies. Los deportistas, debido a la gran cantidad de microtraumatismos repetidos, sufren más de fascitis.
¿CÓMO SABER SI TENGO FASCITIS?
– Dolor a lo largo del borde interno del talón, donde empieza el arco.
– Dolor punzante sobre todo al levantarse por las mañanas o después de un reposo prolongado.
– Grandes molestias al final del día después de mucha actividad.
– Puede ser muy doloroso al tirar del dedo gordo hacia arriba.
DIAGNÓSTICO DE LA FASCITIS
– Examen físico e historia clínica por el profesional sanitario.
– Pruebas complementarias (ej. RX, RMN) para descartar otros diagnósticos diferenciales: roturas, espolón de calcáneo, atrapamiento del nervio de Baxter, enfermedades reumáticas, etc.
¿QUÉ DEBEMOS HACER?
– Reposo y frío en la zona como medida inicial. También puede ir combinado con antiinflamatorios no esteroideos (pero siempre bajo supervisión de un profesional).
– Estiramientos: rodar con el pie una botella de agua fría, con una pelota rígida, estiramientos del antepié con goma, masaje en zona.
– Terapia fisioterapéutica: radiofrecuencia, ondas de choque, etc. -> alivio temporal del problema pero no lo corrige a futuro.
– Plantillas: ayudan a relajar la fascia y prevenir futuras lesiones.
– Infiltraciones de Plasma Rico en Plaquetas: nuestras plaquetas son capaces de generar Factores de Crecimiento (sirven para la regeneración celular). No existe rechazo ya que la muestra es autóloga del paciente (su propia sangre) y es mucho mejor y más efectiva que las infiltraciones de corticoides.
¿QUÉ ES EL ESPOLÓN CALCÁNEO Y EN QUÉ SE DIFERENCIA DE LA FASCITIS?
El espolón es una protuberancia ósea que se forma en la parte inferior del talón y, aunque pueden convivir ambas patologías, no son lo mismo. A diferencia de la fascitis, que es una inflamación de la fascia plantar, el espolón es una alteración estructural que no siempre genera dolor. El espolón suele aparecer como respuesta del cuerpo a una tensión constante en la fascia plantar o al sobreuso del pie. Sin embargo, muchas personas pueden tener un espolón calcáneo y no presentar síntomas.
FASCITIS Y ESPOLÓN: ¿POR QUÉ SUELEN ESTAR RELACIONADOS?
La fascitis y el espolón calcáneo están muy relacionados porque la inflamación crónica de la fascitis plantar puede generar depósitos de calcio en el punto donde esta se conecta con el hueso del talón. Con el tiempo, estos depósitos forman el espolón calcáneo. Por eso, es común que los dos problemas aparezcan a la vez, aunque el dolor en el talón muchas veces está más relacionado con la inflamación de la fascitis que con el propio espolón.
Ante cualquier duda de dolor… ponte en manos de un buen profesional sanitario, para que haga un diagnóstico certero.
Soy Podólogo, Enfermero, Doctor en Podología y Director general de Clinisalud. Trabajo para mejorar la salud de tus pies y tu vida en general.
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