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Podología

¿Cómo cuidar los pies en la tercera edad?

23 de septiembre de 2025No Comments
Pies y tercera edad
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Es inevitable: el paso del tiempo también se nota en los pies. Según vamos envejeciendo, nuestros pies sufren cambios que muchas veces ignoramos hasta que aparecen molestias o dolores al caminar pero, por suerte, podemos prevenirlos y controlarlos. De hecho, a lo largo de este post nuestro objetivo va a ser ayudarte a cuidar de tus pies en la tercera edad para que puedas seguir caminando y paseando sin problemas durante años.

¿Cómo afecta el envejecimiento a los pies?

Con los años, los tejidos del pie se vuelven cada vez menos elásticos, las articulaciones pierden movilidad y la almohadilla plantar —esa especie de “colchón” natural que amortigua cada paso— se va deteriorando. Además, también aparecen más juanetes, dedos en garra o uñas más gruesas y frágiles.

También es normal que el riego sanguíneo sea algo menor, lo que provoca una mayor sensación de pies fríos, problemas de cicatrización o aparición de durezas.

Estos son los cambios que vas a notar

Si estás llegando a la tercera edad o lo hace alguno de tus familiares, estos son los signos que vas a ver en los pies:

  • Pérdida de amortiguación en la planta del pie.

  • Se reduce la elasticidad y movilidad articular.

  • Cambios en las uñas (más gruesas, secas o con tendencia a encarnarse).

  • Los callos, durezas o juanetes son más habituales.

  • Empiezan a aparecer alteraciones en la forma del pie (hundimiento del arco, deformaciones en los dedos).

  • Aumenta el riesgo de infecciones por hongos. Esto ocurre porque la falta de flexibilidad hace que no nos sequemos bien los pies después de ducharnos y, al calzarnos con el pie mojado favorecemos la aparición y crecimiento de hongos y otras bacterias.

Cuidar los pies en la tercera edad¿Qué dolores puedes tener?

Bien, ahora que sabes como van a ir cambiando tus pies con el paso del tiempo, es importante que sepas cuáles son los problemas o posibles patologías que se repiten más  habitualmente en personas mayores para que puedas vigilarlas y actuar lo antes posible cuando veas indicios. La fascitis plantar, los espolones, la artrosis o las metatarsalgias (dolor en la parte delantera del pie) son algunos de los más habituales, aunque también son comunes las alteraciones en la marcha o en la postura, que pueden terminar provocando dolores de rodilla, cadera o espalda si no se corrigen a tiempo.

Vamos a aprovechar también para mencionar el pie diabético, un problema derivado de la diabetes mal controlada en la que, si no tenemos cuidado, una pequeña herida puede convertirse en un problema grave.

¿Tienes diabetes, artrosis o problemas de circulación? ¡Cuídate!

Como decíamos hace unas líneas, hay algunos problemas que son más habituales que otros, y ahora que ya sabes cuáles cuales son, puedes intentar prevenir los dolores.

En los casos de diabetes, tienes que revisar tus pies a diario y mantener la piel bien hidratada para evitar que aparezcan úlceras o infecciones.

Si lo que tienes es artrosis, lo mejor es usar un calzado cómodo con buena sujeción y evitar caminar largas distancias sin descansar.

Si hay problemas de circulación, usa medias de compresión y realiza ejercicios de movilidad para mejorar la circulación.

pies personas mayoresNo dejes de ir al podólogo

Cuantos más años tenemos, menos deberíamos esperar a que aparezca el dolor para acudir al podólogo, ya que las revisiones permiten detectar alteraciones o problemas que se pueden controlar ajustando el tipo de calzado, el estado de las uñas y analizando la pisada para ver si hay cambios o deformaciones que puedan afectarnos.

Siempre que puedas, evita los zapatos estrechos, sin sujeción o con suela dura. El calzado ideal para personas mayores debe:

  • Tener una buena amortiguación.

  • Incluir cierres ajustables (como velcro o cordones).

  • Ser flexible pero firme, que sujete sin apretar.

  • Tener una suela antideslizante.

  • Ser fácil de poner y quitar.

Y muy importante: no heredar calzado ni utilizar zapatos deformados por el uso.

Pie geriátricoCuidados que van más allá del dolor

El cuidado del pie geriátrico no debe limitarse a aliviar las molestias que vayan surgiendo, si no que debe permitir mantener la independencia, el equilibrio y la capacidad de salir a dar un paseo sin miedo a tropezar. Porque cuando los pies fallan, también lo hace nuestra autonomía.

¿Cada cuánto debería acudir al podólogo una persona mayor?

Lo recomendable es realizar revisiones cada 2 o 3 meses, aunque puede variar según el estado de salud y la presencia de patologías como diabetes o artrosis.

¿Las plantillas son siempre necesarias?

No siempre. Lo importante es valorar individualmente cada caso, ya que realmente solo se recomiendan cuando hay alteraciones en la pisada o en la forma del pie que puedan causar problemas.

¿Es normal perder sensibilidad en los pies con la edad?

Es relativamente frecuente, pero no debe normalizarse sin más ya que el problema puede deberse a problemas circulatorios o neurológicos que deben valorarse por un profesional.

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