Caminar por la arena de la playa es una experiencia saludable que produce numerosos beneficios, como prevenir el estrés, fortalecer la musculatura de las piernas y mejorar la resistencia física general del cuerpo. Sin embargo, hay otros riesgos que no debemos pasar por alto, ya que la piel de los pies también puede sufrir algunos daños. Por eso, a lo largo de este artículo, desde Clinisalud queremos hablar sobre cómo debes cuidar los pies al caminar por la arena de la playa.
¿Cuáles son los principales problemas al caminar descalzo por la arena de la playa?
Durante las próximas líneas vamos a destacar las que son las lesiones que se producen con más frecuencia:
Heridas provocadas por objetos punzantes y cuerpos extraños
Existen numerosas heridas que están causadas por objetos punzantes que se clavan en una parte del pie. Por ejemplo, puede producirse una lesión como consecuencia de un cuerpo extraño que incide directamente en la zona de la planta.
Más allá de la belleza que se percibe en el entorno de la playa, es esencial evitar la falsa sensación de seguridad. Es decir, hay muchos elementos que permanecen ocultos y no se aprecian fácilmente a simple vista. Solo hay que pensar en las conchas que hay enterradas en la orilla, las cuales suelen tener bordes afilados y cortantes. También hay restos de basura como latas de refresco, trozos de cristal o similares que pueden provocar todo tipo de heridas si las pisamos desprevenidos.
En caso de sufrir un corte con algún cuerpo extraño, es fundamental acudir a un socorrista o al centro de salud para revisar la herida y evitar infecciones de cualquier tipo. Si pasado un tiempo se mantienen las molestias al caminar en la zona de la herida, es importante acudir a un podólogo que pueda supervisar la recuperación de los tejidos y garantizar el movimiento completo del pie.
Dolor y molestias
Aunque caminar por la playa es un ejercicio saludable, conviene practicarlo con moderación. Los trayectos excesivamente largos pueden generar dolor en los pies y un cansancio generalizado en el cuerpo. En este sentido, hemos de tener en cuenta que se hace un esfuerzo añadido para mantener la estabilidad en una superficie que no es completamente lisa y firme.
En caso de caminar con una postura incómoda durante un periodo prolongado, también pueden producirse otro tipo de lesiones ocasionadas por una sobrecarga muscular.
Quemaduras causadas por el sol o la arena
Durante los días de altas temperaturas, la arena quema. No hablamos solo de que nos moleste temporalmente cuando vamos de camino al agua, si no que corremos el riesgo de sufrir una quemadura severa si permanecemos descalzos durante mucho tiempo. El daño ocasionado en los pies también puede estar vinculado con una exposición prolongada al sol. Este es un riesgo que se agrava todavía más cuando esta parte del cuerpo no cuenta con la protección adecuada. Si llegamos a sufrir quemaduras en la planta del pie, tendremos molestias durante varios días al caminar y, en ese caso, recomendamos utilizar calzado abierto que permita que el pie respire y no acumule calor que empeore la quemadura.
Por otro lado, cualquier persona debe cuidar y revisar sus pies con detenimiento durante una jornada de playa. Pero queremos señalar que todavía es más importante extremar las precauciones en pacientes con diabetes. Algunas personas con esta enfermedad tienen una menor sensibilidad en sus pies, y es posible que experimenten alguna molestia sin darse cuenta de inmediato.
Antes de acabar este punto no podemos olvidarnos de la importancia de aplicar protector solar en el empeine. Esta zona es muy sensible a los rayos UV y puede quemarse con facilidad si pasamos mucho tiempo paseando descalzos por la playa.
La piel de los dedos se reblandece
Cuando la persona camina por una superficie húmeda, la piel puede reblandecerse. Por ello, es muy importante secar con cuidado los pies después de disfrutar de un paseo.
Cómo cuidar y desinfectar heridas en los pies
Antes de aplicar cualquier cuidado en la zona de los pies, las manos han de estar completamente limpias. Para ello, lo mejor es utilizar agua y jabón. A continuación, se ha de limpiar y desinfectar la zona a tratar. Para realizar el proceso de desinfección, es recomendable utilizar un antiséptico.
Por otro lado, no se debe ejercer una presión excesiva sobre la superficie dañada. Sin embargo, cada lesión requiere de un cuidado específico. Por ejemplo, si la herida sangra, es aconsejable utilizar una gasa para detener el sangrado.
Cuando la herida no es superficial y su impacto ha sido más profundo, se debe acudir al médico. Si hay que extraer algún objeto que se ha clavado en la piel, es imprescindible que esta labor la realice un profesional especializado.
Además, incluso aunque el daño sea leve en apariencia, conviene estar muy atento ante cualquier posible cambio en la piel durante los siguientes días. Finalmente, es mejor cubrir la herida para que permanezca limpia. Dicha medida también influye positivamente en el proceso de cicatrización y reduce el riesgo de infección.
Aunque caminar por la arena de la playa es un ejercicio habitual en verano, hemos de cuidar la piel de los pies frente a posibles cortes, quemaduras y heridas. Recuerda que en Clinisalud somos podólogos expertos que pueden ayudarte a cuidar los pies al caminar por la arena.
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