¡Las plantillas de mi hijo no valen para nada!

Esto fue lo que me dijo la mamá de uno de mis pacientes de 4 años el otro día.

Esta conclusión la sacó la madre porque le habían mandado por WhatsApp el artículo del blog de un pediatra, que aseguraba que «ante un pie plano flexible lo mejor es no hacer nada y las plantillas para los niños no ayudan a mejorar”.

«MI HIJO DEFORMA EL CALZADO»

Habitualmente vienen a mi consulta padres aquejados de que su hijo deforma el calzado excesivamente por la zona interna cuando caminan y que cuando ven el calzado en el suelo les da la impresión de que se inclina hacia adentro. También me comentan que sus hijos, cuando andan o corren, meten las rodillas hacia adentro e incluso parecen muy torpes e inestables.

¿Realmente creemos que esta postura forzada no va a afectar en un futuro al buen desarrollo de las rodillas del niño? Si anatómicamente observamos una rodilla (sin importar la edad que tengamos) podemos ver que encima se encuentra el fémur, debajo se encuentra la tibia y en medio se encuentran los meniscos y ligamentos. Sin embargo, lo más interesante de esta estructura es que en su origen se encuentran colocadas en paralelo, con el fin de poder articular bien junto con la rótula.

¿Qué sucede cuando todas estas estructuras no trabajan bien? Ocurrirá que con el tiempo se dañarán provocando desgaste en el cartílago, los meniscos o la rótula por impactación en zonas que no debe, al igual que ocurre con la bisagra de una puerta, u otro mecanismo, que si no trabaja adecuadamente, entonces las piezas se acabarán dañando con el tiempo.

¿QUÉ ES ESO DEL PIE PLANO FLEXIBLE?

Empecemos primero hablando a grandes rasgos de que existen varios tipos de pies, si nos centramos en el arco:

• Pie cavo: cuando se observa en el pie del niño un arco muy marcado, que incluso a veces obliga a pisar con el borde externo del pie mientras camina. Este tipo de pie no es muy habitual en niños, por lo que si tu hijo presenta esto, que sepas que es motivo de consulta podológica.
• Pie plano rígido: en este caso se trata de un tipo de pie con muy poco o nada de arco. Para detectarlo se le pide al niño que se ponga de puntillas, si vemos que le cuesta mucho, no le aparece arco o cuando está de puntillas los talones se le vuelcan hacia adentro es una señal de alarma. También lo podemos ver si, al intentar levantarle el dedo gordo del pie con la mano, cuando el niño se encuentra de pie, todo el pie se comporta como un bloque volviéndose muy rígido y no permitiendo que aparezca la curvatura interna del pie. Este tipo de pie plano podría ser motivo de tratamiento quirúrgico.
• Y el tipo de pie que encontramos habitualmente en consulta es el pie plano flexible.

El pie plano infantil o pie plano valgo flexible infantil es cuando el arco del pie desciende más de lo normal y además obliga al talón del niño a volcarse hacia adentro. Al “desmoronarse” todas estas estructuras del pie, haría un efecto dominó negativo sobre el resto del cuerpo de abajo hacia arriba (tobillos, rodilla, cadera, espalda). Hay un porcentaje de niños que mejora con el crecimiento y otros que, pasados los años, siguen igual e inclusive empeoran. Lo bueno de este tipo de pie es que se trata de un pie flexible, lo que nos ayuda positivamente en el pronóstico y evolución del tratamiento.

Cuando nosotros, los podólogos, nos enfrentamos a un pie plano valgo flexible infantil nos supone un reto no sólo por el pie en sí, sino por el resto de articulaciones del miembro inferior, tales como la rodilla, la cadera y la espalda. Está reflejado en la bibliografía científica que, cuando un pie “se aplana y además se vuelca hacia adentro” de manera excesiva (plano-valgo, eversión, hiperpronación, etc.), se genera una rotación interna de rodilla y cadera, aumentando así las piernas en “X” (genu valgo) más de lo fisiológico, tanto al andar como al estar parado.

¿QUÉ PODEMOS HACER ANTE UN PIE PLANO FLEXIBLE?

Por un lado, como recomiendan algunos profesionales podemos dejar que la naturaleza siga su curso y esperar que ese pie plano flexible forme arco por sí mismo.

Por otro lado, podemos poner remedio cuando todavía estamos a tiempo de influir en las estructuras que se encuentran en crecimiento ayudándolas a desarrollarse adecuadamente mediante tratamiento ortopodológico y ejercicios.

En este caso, el tratamiento está orientado a corregir ya que aún tenemos cartílago de crecimiento. Sin embargo, una vez que el niño crezca ya resulta demasiado tarde para corregir, por lo que tendríamos que realizar un tratamiento para que esta patología no avanzase más en el tiempo y generase a su vez otros problemas.

¿QUÉ PUEDEN HACER LAS PLANTILLAS POR NOSOTROS?

Una de las funciones de las plantillas a medida de los podólogos es recolocar y alinear esas estructuras que hemos visto para que no sufran cuando el paciente está caminando. Por este motivo resulta importantísimo estudiar al niño andando (dinámica) para analizar cómo se comportan todas estas partes anatómicas en movimiento, no sólo el pie.

Lo primero que hacemos es valorar mediante unas maniobras a nuestro paciente niño, para observar cómo forma el arco y la flexibilidad del pie. También es importante valorar las torsiones y rotaciones de toda la pierna, con el fin de ver si la cadera tuviese protagonismo en el tratamiento futuro del niño. La valoración en descarga y estática nos ayuda a comprender alguno de los gestos que el niño realiza en dinámica.

Para hacer un buen diagnóstico, los podólogos nos ayudamos de plataformas de presiones en 3D, filmación en cámara lenta, sensores inerciales, etc. que nos facilitan datos que no somos capaces de obtener a simple vista. Si al niño no lo analizamos andado, estaremos perdiendo información valiosísima para nuestro diagnóstico.

Y cómo no, uno de los pasos más importantes es la toma de molde. Si nos imaginamos a una persona que va al dentista para que le hagan una dentadura postiza, la precisión de ese molde para que luego pueda comer, hablar y que esa dentadura no se mueva debe ser máxima. Pues igual nos pasa a los podólogos con las diferentes maneras de tomar un molde que existen (escaneado del pie, espuma fenólica, cojín podoneumático, en carga, en descarga, carga controlada, etc.). Elegimos la más adecuada para el niño ya que hay que realizar una maniobra para marcar en el molde el arco corregido para que, una vez que la plantilla esté terminada, este arco ayude a alinear las estructuras, empezando por el pie, siguiendo por la rodilla y cadera, y finalmente la espalda. Los podólogos no miramos únicamente el pie, también todas aquellas estructuras que afectan e interactúan con él.

¿DESDE QUÉ EDAD ESTÁN INDICADAS LAS PLANTILLAS?

Si miramos un esqueleto anatómico, podemos observar cómo sus rótulas están mirando hacia el frente como si fueran “los faros de un coche”. Y me hago entonces una pregunta… un niño con 4 años y que, debido a su mala pisada, sus rodillas «miren hacia adentro», ¿realmente nos podemos arriesgar a que la naturaleza lo corrija con el paso del tiempo?

Debemos saber que, mientras que los niños son pequeños y están creciendo, hay cartílago de crecimiento y tenemos tiempo para intervenir, no olvidemos que esto es una contrarreloj hasta los 16 años.

Puedo entender a los pediatras, traumatólogos, médicos y demás compañeros de profesión que creen que las plantillas para los niños no hacen nada, y es que LLEVAN TODA LA RAZÓN DEL MUNDO. ¿Por qué? Pues porque yo también me encuentro con pacientes niños con plantillas que no son a medida, con piezas pegadas sin acabar y sin una toma de molde adecuada. Para que lo entendamos mejor, es como si necesitamos unas gafas y en vez de adquirirlas en una óptica con todas sus pruebas, ajustes y revisiones pertinentes, nos compramos unas de esas gafas estándar que llevan la misma graduación en cada ojo. En ambos casos se trata de “gafas” pero no tiene nada que ver unas gafas de óptica con unas estándar. ¿Unas gafas estándar van siempre mal? No estamos diciendo eso, pero no estamos hablando de lo mismo…

EMPIEZA A SOSPECHAR SI…

Queridos padres, éstas son las alarmas de que algo no va bien en la salud podológica de tu hijo:

• Cuando pones sus zapatos encima de una mesa ves que se están deformando hacia adentro.
• Cuando ves de frente a tu hijo en pantalones cortos y observas que sus rodillas no están como “los faros de un coche” y están metidas hacia adentro.
• Ves que tu hijo anda de puntillas o mete las puntas de los pies hacia adentro cuando anda o está parado.
• Ves que tu hijo se cae mucho o le notas algo torpe.
• Ves a tu hijo de espaldas y observas que sus rodillas están muy juntas e inclusive se tocan o aparecen las llamadas piernas en “X”.
• Ves que el pie de tu hijo está muy aplanado y que, además, el hueso del tobillo por la parte interna está muy saliente.

Ante la duda, consulta con el profesional del pie, el podólogo.

«REFLEXIONES»

¿Sigues pensando que un pie plano flexible se soluciona espontáneamente con el tiempo? ¿Crees firmemente que las plantillas no sirven para nada, ni siquiera para prevenir problemas futuros?

La verdad no la tienen los pediatras, los médicos, los podólogos… la verdad la tiene la deformación del niño y cómo el paso del tiempo afectará en él. La clave está en realizar un tratamiento multidisciplinar (pediatra-rehabilitador-podólogo-fisioterapeuta) en beneficio de los más pequeños para que su salud en el futuro sea la mejor posible. Vamos a pensar en abrir nuestra mente y conocimientos para colaborar con otras especialidades en favor de la salud de nuestros pacientes.

PROGRAMA EN CASTILLA LA MANCHA MEDIA

Autor: Dr. Alfredo Soriano
Col. COPCLM 838020179

Autores colaboradores: Dr. Ángel Morales Ponce, Prof. Dr. Ricardo Becerro de Bengoa (Catedrático de Universidad), Prof. Dra. Marta Losa (Catedrática de Universidad).

+ info sobre nuestros tratamientos de plantillas para niños y servicios

Puedes llamarnos al 967 21 58 39 o venir a vernos a calle Rosario 16, 2º dcha en pleno corazón de Albacete.

Bibliografía:

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