
Seguro que conoces a muchas personas que conviven durante años con molestias al caminar sin darle demasiada importancia. Estas molestias suelen aparecer de distintas formas: un dolor que aparece al final del día, una rodilla que se carga más de lo normal o una sensación de cansancio constante en los pies y, aunque se cambie de calzado o descanse un poco más, vuelve siempre al poco tiempo.
En bastantes casos, el origen del problema no está exactamente donde duele, sino en la forma en la que el pie apoya contra el suelo. La pisada tiene un papel muy importante en cómo se mueve el cuerpo y en cómo se reparten las cargas al caminar y, si no pisamos correctamente, podemos provocar todo tipo de problemas.
¿Sabes por qué la pisada es tan importante?
Cada vez que das un paso, el pie no solo sostiene el peso del cuerpo si no que amortigua el impacto, se adapta al terreno y ayuda a que tobillos, rodillas y caderas trabajen de forma coordinada. La pisada es la manera en la que el pie entra en contacto con el suelo y cómo se comporta durante ese apoyo y, por supuesto, no es algo fijo ni igual en todas las personas. Influyen factores como la estructura del pie, la musculatura, el tipo de calzado, el peso corporal o incluso antiguas lesiones que ya no duelen, pero siguen condicionando el movimiento.
Cuando ese apoyo no es el adecuado, el cuerpo empieza a compensar. Y esas compensaciones, con el tiempo, suelen manifestarse en forma de dolor o sobrecarga.
En Clinisalud realizamos estudios de la pisada en los que valoramos, precisamente, qué problemas tiene cada persona a la hora de andar y de correr y cómo se pueden solucionar las molestias antes de que vayan a más.

Pisada pronadora: cuando el pie se va hacia dentro
La pisada pronadora es la que tiene un mayor número de personas y se produce cuando el pie tiende a apoyarse más por la parte interna durante la marcha. En realidad, una ligera pronación es normal y necesaria para absorber bien el impacto al caminar. El problema aparece cuando esa pronación es excesiva o no está bien controlada ya que en esos casos, el pie pierde estabilidad y otras estructuras empiezan a trabajar más de la cuenta, lo que genera dolor o malestar después de estar un rato caminando.
Es habitual que las personas con este tipo de pisada noten cansancio en los pies al caminar, molestias en la cara interna de las rodillas o sensación de sobrecarga en la zona lumbar, especialmente después de estar mucho tiempo de pie o realizar actividad física.
Pisada supinadora: demasiado apoyo externo
La pisada supinadora es menos común, pero también puede generar problemas, ya que el apoyo se concentra más en la parte externa del pie y la capacidad de amortiguación es mucho menor.
Al absorber peor los impactos, las cargas se transmiten con más intensidad hacia arriba. Esto puede favorecer sobrecargas musculares, molestias en el tobillo o dolor en la parte externa del pie. Muchas personas no notan dolor al principio, pero sí una sensación de rigidez o inestabilidad al caminar, sobre todo en superficies irregulares.
Me empiezan a molestar otras zonas del cuerpo
En Clinisalud se lo decimos siempre a todos nuestros pacientes: el cuerpo funciona como un conjunto. Si el apoyo del pie no es correcto, el resto del cuerpo empezará a mostrar síntomas y dolores.
Una pisada alterada puede modificar el eje de la rodilla, alterar la forma de caminar o generar tensiones en la cadera y, al final, todo esto acaba repercutiendo, en muchos casos, en la espalda baja. Por eso no es raro ver pacientes que consultan por dolor lumbar o de rodilla y descubren que el origen del problema está en los pies.
¿Qué señales hay de que tienes problemas en la pisada?
Hay ciertos signos que suelen repetirse en consulta y que pueden indicar que la forma de pisar está jugando un papel importante:
Dolor frecuente en pies, rodillas o espalda sin una causa clara.
Desgaste desigual del calzado, siempre en la misma zona.
Sensación de inestabilidad al caminar o al hacer deporte.
Molestias que aparecen tras estar de pie durante mucho tiempo o caminar distancias cortas.
¿Necesito un estudio de la pisada?
Un estudio de la pisada permite analizar cómo se comporta el pie tanto en estática como en movimiento y nos permite entender cómo trabajan las articulaciones y la musculatura durante la marcha. Este tipo de valoración es especialmente útil cuando hay dolor, lesiones que no terminan de curarse o cuando se sospecha que el calzado afecta a las molestias.
No todas las personas necesitan correcciones ni tratamientos específicos. Lo importante es contar con una valoración profesional que permita decidir qué es lo más adecuado en cada caso y en un estudio biomecánico de la pisada podemos resolverlo.

Soy Podólogo, Enfermero, Doctor en Podología y Director general de Clinisalud. Trabajo para mejorar la salud de tus pies y para que camines mejor por la vida.
¿Qué señales hay de que tienes problemas en la pisada?