Por mucho que queramos evitarlo, a medida que envejecemos nuestras capacidades físicas van cambiando: perdemos agilidad, reflejos, fuerza en las piernas… y todo esto afecta al equilibrio. Lo que antes podía ser un simple traspié, con el paso de los años puede convertirse en una caída con consecuencias importantes.
En Clinisalud atendemos con frecuencia a personas mayores que han sufrido algún percance al caminar, especialmente en casa y, por eso, hemos preparado este artículo pensado tanto para quienes ya han tenido algún susto como para quienes quieren prevenir caídas en personas mayores desde hoy mismo.
¿Por qué son tan frecuentes las caídas en personas mayores?
Las caídas no son solo “cosas de la edad”, sino el resultado de muchos factores que se van acumulando con el paso del tiempo. El cuerpo pierde reflejos, la vista ya no responde igual y el oído también puede fallar y, al final, todo eso influye directamente en nuestra capacidad para mantener el equilibrio.
A esto se suma algo muy importante: muchas personas mayores tienen alteraciones en la pisada o dolor en los pies, lo que les obliga a caminar con inseguridad. Es como si el cuerpo se esforzara el doble en cada paso y cuando eso ocurre, es más fácil tropezar, perder estabilidad o simplemente no reaccionar a tiempo ante un pequeño tropiezo o desequilibrio.
El papel del podólogo en la prevención de las caídas
Quizá no lo sepas, pero una buena salud podológica puede reducir mucho la posibilidad de sufrir caídas. Cuando los pies no apoyan bien o existe dolor crónico al caminar, es muy fácil que aparezca la inestabilidad. De hecho, en podología vemos muchos casos en los que el problema no está solo en el calzado, sino en cómo pisa esa persona, cómo distribuye su peso o si hay zonas del pie que no tocan el suelo correctamente.
En estos casos, un estudio de la pisada puede ayudarnos a identificar las causas del problema. Con los resultados, podemos fabricar plantillas personalizadas que ayuden a repartir el peso de forma más estable y segura, reduciendo la sobrecarga en las piernas y mejorando el control del cuerpo al caminar.
Adapta la casa para reducir riesgos
Aunque muchas personas mayores salen poco de casa, los accidentes más frecuentes no ocurren fuera, sino dentro del propio hogar. Es fácil tropezar con una alfombra, no ver bien un escalón, resbalar en la ducha… Por eso conviene hacer un repaso por todas las estancias de la vivienda y comprobar que el entorno es seguro.
Aquí sí vamos a resumir los consejos de forma más esquemática para que te resulte más fácil comprobarlos uno a uno:
Checklist de seguridad en casa
Elimina alfombras sueltas o colócalas con cintas antideslizantes.
Revisa que todas las estancias estén bien iluminadas, especialmente pasillos y escaleras.
Instala pasamanos en la ducha y junto al inodoro.
Asegúrate de que no haya cables por el suelo o muebles en zonas de paso.
Coloca interruptores de luz accesibles desde la cama.
Evita limpiar el suelo con productos resbaladizos.
¿Y el calzado?
En consulta nos encontramos a menudo con pacientes que llevan un calzado totalmente inadecuado sin saberlo. Zapatillas demasiado blandas, chanclas abiertas por detrás, suelas lisas… El mejor calzado para una persona mayor debería:
Ser cerrado, para sujetar bien el pie.
Tener una sujeción firme, como velcro o cordones.
Llevar suela antideslizante.
No ser ni demasiado plano ni con demasiado tacón.
Permitir introducir plantillas personalizadas si fuese necesario.
Un buen zapato puede mejorar muchísimo la seguridad al caminar y reducir la tensión en las articulaciones. Es una de las mejores inversiones que puedes hacer.
El ejercicio también ayuda a prevenir caídas
Cuando alguien ha sufrido una caída, lo más habitual es que empiece a tener miedo, y ese miedo hace que la persona camine con más rigidez, mueva menos los pies y pierda agilidad. El problema es que, al moverse menos, el cuerpo se vuelve todavía más frágil.
Por eso es tan importante mantenerse activo, dentro de las posibilidades de cada persona. No hace falta correr ni levantar pesas, solo tienes que caminar a diario, hacer ejercicios suaves de fuerza o asistir a sesiones de fisioterapia adaptadas a tus necesidades concretas. Además del beneficio físico, el ejercicio mejora la confianza, el ánimo y la capacidad de reacción ante posibles tropiezos. Todo eso ayuda, directa e indirectamente, a prevenir futuras caídas.
¿Y si ya ha habido una caída?
Si una persona mayor ya ha sufrido una caída (aunque no haya sido grave), es muy importante actuar rápido, no solo para curar las posibles heridas, sino para evitar que se repita. El primer paso debe ser evaluar qué ha pasado: ¿ha sido por el calzado? ¿Había un obstáculo en el suelo? ¿La persona sentía dolor en los pies o las piernas?
En muchas ocasiones, podemos evitar una segunda caída con una buena revisión podológica. Desde Clinisalud podemos ayudarte a analizar el patrón de marcha, identificar posibles desequilibrios y recomendar tanto el calzado como las plantillas más adecuadas.
¿Notas que alguien de tu entorno mayor empieza a caminar con inseguridad?
En Clinisalud te ayudamos a detectar los pequeños problemas antes de que se conviertan en grandes sustos. Puedes pedir cita para una revisión podológica o para realizar un estudio de la pisada. Trabajamos en Albacete con personas mayores que quieren sentirse más seguras en su día a día.
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Soy Podólogo, Enfermero, Doctor en Podología y Director general de Clinisalud. Trabajo para mejorar la salud de tus pies y para que camines mejor por la vida.