Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta una transformación completa pero, si estás leyendo este post, es muy probable que ya lo estés experimentando y quieras resolver algunas dudas. Más allá del crecimiento de la barriga o los cambios hormonales, una de las zonas que más sufre —aunque muchas veces se pase por alto— son los pies. La retención de líquidos, el aumento de peso y los cambios posturales hacen que muchas futuras mamás tengan problemas de pies hinchados, dolor en los talones o incluso la aparición de juanetes o fascitis plantar dependiendo de la gravedad de cada caso.
Si quieres saber cómo afecta el embarazo a los pies de las mujeres y qué se puede hacer para tratarlos, no te pierdas todo lo que vamos a contar en este post.
Cambios fisiológicos en el embarazo que afectan a los pies
El cuerpo de la mujer embarazada produce una hormona llamada relaxina, cuya función principal es flexibilizar las articulaciones de la pelvis para prepararla para el parto. Sin embargo, la relajación de los ligamentos también afecta a otras articulaciones del cuerpo, incluyendo los pies. Además, durante el embarazo:
El aumento de peso hace que los pies soporten más carga durante todo el día.
Se produce una mayor retención de líquidos, lo que puede provocar que se hinchen los pies y los tobillos. Esto, como seguro que ya sabes, suele ser uno de los síntomas más habituales.
Cambia el centro de gravedad, lo que altera la postura y la forma de caminar.
Aumenta el volumen sanguíneo, lo que puede afectar a la circulación en las extremidades inferiores.
Todo esto conlleva una mayor presión sobre las estructuras del pie que pueden derivar en un ensanchamiento del mismo, lo que puede llegar a ser permanente en algunas mujeres.
¿Cuáles son las molestias más habituales en los pies durante el embarazo?
Pies hinchados
Ya lo estábamos comentando unas líneas más arriba – y también en este otro post – , pero uno de los problemas más habituales de las embarazadas es tener los pies hinchados, especialmente al final del día o en los últimos meses de gestación debido a la compresión de los vasos sanguíneos, la retención de líquidos y el calor.
Este problema suele llegar acompañado de una sensación de pesadez, de problemas para calzarse o incluso hormigueo. Como decimos, este problema suele ser normal pero llega acompañado de dolor o afecta solo a una pierna, conviene consultarlo con un podólogo profesional.
Dolor en los talones o en la planta del pie
El embarazo siempre llega de la mano de un aumento de peso y de cambios en la pisada debido a los cambios que se produce en el cuerpo, lo que que puede provocar sobrecargas en el talón y en la fascia plantar. De hecho, muchas embarazadas tienen dolor en los talones al levantarse, una sensación similar a una fascitis plantar pero con un origen completamente diferente.
Juanetes
En las mujeres que tienen una predisposición genética, los cambios hormonales y la modificación de la pisada suelen provocar que aparezcan juanetes o hacer que los que ya tengan evolucionen mucho más rápidamente.
Hormigueo
Durante el embarazo es muy habitual experimentar hormigueos en los pies debido a que los nervios se comprimen poco a poco, especialmente si hay retención de líquidos o si se mantiene la misma postura mucho tiempo.
¿Sabes cómo cuidar tus pies durante el embarazo?
Cuidar de tus pies durante el embarazo no es un lujo, es una necesidad y, si quieres evitar problemas, estos son algunos consejos que pueden ayudarte a evitar muchos de los dolores que puedes sufrir:
- Evita estar de pie mucho tiempo: Si no queda más remedio y tienes que estar mucho tiempo de pie en el mismo sitio sin moverte, alterna el apoyo entre ambos pies o utiliza algún escalón para apoyar uno de los pies a una altura distinta. El cambio de altura distribuye mejor el peso y te ayudará a reducir la carga.
Mantén los pies en alto cuando descanses: Cuando tengas un rato para descansar intenta mantener los pies en lato para mejorar la circulación y reducir la hinchazón. No es una fórmula mágica, pero la verdad es que ayuda bastante a reducir la sensación de molestia.
Masajes y baños: Intenta alternar baños de agua fría y caliente para estimular la circulación y ayudar a disminuir el edema en caso de que haya aparecido.
Hidratación: Aunque creas que no tiene relación, la cierto es que beber suficiente agua como hidratar la piel del pie diariamente ayuda a evitar la aparición de grietas y contribuye a mejorar la circulación en la zona.
Además – y no es por tirarnos flores – una visita al podólogo durante el embarazo puede ser muy útil para revisar tu pisada, eliminar las durezas o uñas encarnadas o valorar si sería recomendable el uso de plantillas personalizadas durante el embarazo.
¿Me pueden cambiar los pies después del embarazo?
Sí, y no siempre es algo temporal. A lo largo de los años han venido a vernos muchas mujeres que notan que, tras el embarazo, su pie ha cambiado de forma o talla.
En estos casos, lo más habitual es encontrarnos con mujeres que vienen a vernos por una alteración del arco plantar, que se aplanó durante la gestación y no volvió del todo a su forma original. También es habitual que, al haber aumentado de tamaño el pie, sea necesario cambiar de talla de calzado de forma definitiva.
Si después del embarazo sigues notando molestias o dolor en los pies, lo más recomendable es acudir a un podólogo para comprobar que no haya algún problema más que no se haya detectado.
¿Cuándo debería acudir al podólogo durante el embarazo?
Ahora que sabes como afecta el embarazo a los pies, si sientes dolor en el talón al caminar, los pies se te hinchan mucho y no mejoran al descansar o tiene sensación de hormigueo, lo mejor es pedir cita. También es muy útil acudir si no encuentras un calzado que te resulte cómodo o si quieres evitar futuras molestias antes de que aparezcan.
Un podólogo puede ayudarte a entender qué está ocurriendo exactamente en tus pies, detectar si hay algún problema biomecánico, darte pautas e incluso recomendarte plantillas si lo necesitas. El objetivo no es solo aliviar el dolor, sino permitirte seguir con tu rutina de forma cómoda y sin renunciar a andar sin dolor durante el embarazo.
Y recuerda: cuidar tus pies durante el embarazo es cuidar tu bienestar general. Porque unos pies sanos te permiten disfrutar mucho más de esta etapa.
¿Es normal que me duelan los pies en el embarazo aunque no esté de pie todo el día?
Sí, es bastante habitual. El dolor puede deberse a los cambios hormonales, al aumento de peso o a la relajación gradual que se produce en los ligamentos. Incluso estando en reposo, muchas mujeres notan molestias en los pies, especialmente al final del día o por las noches.
¿Qué tipo de calzado es mejor para embarazadas?
Lo más recomendable es un calzado cómodo, flexible, con una suela que tenga amortiguación y buena sujeción. Huye de los tacones altos, de los zapatos sin sujeción como las bailarinas o de los que te quedan demasiado justos.
El calzado ideal tiene que permitir que el pie respire y se adapte a los posibles cambios de tamaño dependiendo de la hinchazón de cada momento.
¿Puedo seguir usando plantillas durante el embarazo?
Sí, y en muchos casos son incluso más necesarias. Si ya utilizabas plantillas ortopédicas, es recomendable revisarlas con tu podólogo de confianza durante el embarazo, ya que la pisada puede cambiar.
¿Qué hago si se me hinchan mucho los pies?
Coloca los pies en alto siempre que puedas, evita estar de pie mucho tiempo seguido y bebe suficiente agua. También puedes hacer baños de contraste con agua fría y templada para activar la circulación de las piernas y reducir un poquito la hinchazón.

Soy Podólogo, Enfermero, Doctor en Podología y Director general de Clinisalud. Trabajo para mejorar la salud de tus pies y para que camines mejor por la vida.